20 años no es nada ! (Parte I)
A punto de que el Ministerio del Ambiente máxima autoridad ambiental del país declare a la Isla Santay como una el Area Protegida número 41 del Ecuador, vale la pena insistir en la importancia , necesidad y obligación de que los derechos de sus habitantes como pobladores nacidos y criados en la isla les sean garantizados. Con esto no estoy apelando a una concesión generosa del Estado ecuatoriano, más bien estoy abriendo el camino a un reconocimiento honroso y legal a estos 210 pobladores.
Dia por día son 20 años de conocerlos y acompañarlos. Desde aquella mañana en que Gisela Raymond del Diario El Universo golpeó las puertas del Comité Ecológico de la ESPOL y preguntó si alguien sabía como llegar a la Isla Santay. Los colegas nos miramos y la respuesta unánime fue nadie, pero contesté que la llamaría después de hacer las averiguaciones. Ese fin de semana por primera vez llegué allá y nunca dejé de regresar, una vez al mes, a la semana. O yo iba de visita o ellos venian a buscarme en casa, como en romeria, de a cinco, de a diez. En la Numa Pompilio Llona, la calle de Las Peñas, creo que todos los vecinos al ver el grupo ascender desde la calle del Malecón sabian a donde iban, igual en la garita de la ESPOL.
Dia por día son 20 años de conocerlos y acompañarlos. Desde aquella mañana en que Gisela Raymond del Diario El Universo golpeó las puertas del Comité Ecológico de la ESPOL y preguntó si alguien sabía como llegar a la Isla Santay. Los colegas nos miramos y la respuesta unánime fue nadie, pero contesté que la llamaría después de hacer las averiguaciones. Ese fin de semana por primera vez llegué allá y nunca dejé de regresar, una vez al mes, a la semana. O yo iba de visita o ellos venian a buscarme en casa, como en romeria, de a cinco, de a diez. En la Numa Pompilio Llona, la calle de Las Peñas, creo que todos los vecinos al ver el grupo ascender desde la calle del Malecón sabian a donde iban, igual en la garita de la ESPOL.
Ese fin de semana por primera vez
llegué a Santay y nunca dejé de regresar,
una vez al mes, a la semana. O yo iba
de visita o ellos venian a buscarme
en casa, como en romeria, de a cinco,
de a diez..
llegué a Santay y nunca dejé de regresar,
una vez al mes, a la semana. O yo iba
de visita o ellos venian a buscarme
en casa, como en romeria, de a cinco,
de a diez..
Durante los primeros 10 años el lugar de encuentro y partida fue el muelle del mercado del Sur, en 45 minutos de canalete o en 10 en canoa a motor se llegaba a casa de Antonio Medina casado con Matilde Diminguez hermana de padre de Máximo, Jacinto y de madre de mi segundo compadre Benito Parrales. Las visitas se fueron haciendo frecuentes, muchas veces sólo y otras con los colegas del CE-ESPOL y luego del CE del Litoral. A partir de 1993 y hasta el 2000 varios grupos de estudiantes de mecidina de la Universidad de Lovania en Belgica, quienes hacian un internado de 3 o 4 meses en el área de Ginecología en la maternidad Sotomayor de Guayaquil, visitaron la isla y llevaron medicinas, incluso realizaron una evaluación médica de casi toda la población de la isla Santay.
En una decisión drástica dejé de visitar a Antonio y su familia, cuyo nieto Humbertito es mi primer ahijado, para comenzar a conocer mejor al resto de los pobladores. Vinieron entonces la creación de Asociación de Pobladores, la construcción del Centro Comunitario, la creación de la escuela, la asignación de un primer maestro de apellido Quinto, posteriormente de la maestra Ena Gomero que lleva ya 8 años omo Directora y única maestra. Todo eso hubiera sido imposible sin el trabajo del Comité Ecológico del Litoral, un equipo lleno de capacidad, voluntad y coraje.
Quiero volver a lo que indicaba al inicio de este artículo, la población de Santay no esta alli por accidente. Tampoco porque un día se les ocurrio llegar. La población actual se deriva de aquellos que ya en 1946 tenian domicilio en Santay a causa de su trabajo como jornaleros, vaqueros, agricultores, guardianes, cordeleros y una serie de oficios propios de las haciendas ganaderas que alli existieron. Los primeros jornaleros llegados de la península fueron traídos desde Bajada de Chanduy. Tuve el privilegio de llegar a conocer a Juan Dominguez, a Primitiva ( ella sola ya es un personaje de Chanduy, su partera emérita) y a Feliciano Dominguez, conocido como Mata y último de esa segunda generación, a su esposa Jesús. Los viejos de hoy mis amigos Cebolla, Máximo, Jacinto, Benito, José , Violeta, Marilú y otros entrañables, son la tercera generación y abuelos de los actuales alumnos de la escuela. Hasta donde yo conozco, seis generaciones han habitado de continuo Santay.
Pero asi son las cosas en Ecuador, a partir de 1980 cuando se da la famosa expropiación de las haciendas a favor del Estado, ellos se quedan en Santay. Acabada la vida de agricultores y ganaderos, se dedican a la pesca de río. Se quedan en calidad de guardianes ad -honorem según se lee en los contratos entre el nuevo propietario el Banco Ecuatoriano de la Vivienda y los pobladores. Paralelamente uno que otro funcionario del BEV visitaba la isla para sacar cierto provecho de su población.
Es intersante comprobar mediante esa documentacion como el BEV requeria mantener a los pobladores como sus guardianes gratuitos en una suerte de trueque, permiso de vivir en la isla a cambio del cuidado de la misma. Lo curioso es lo que dice el contrato, que es más barato tenerlos a ellos como guardias que contratar guardianía privada.
El BEV los utilizó y olvidó, y ese es mi más profunda constatación. Ese trato no cambió cuando entregó la isla a Malecón 2000, pues en el contrato de fideicomiso, no hay una sóla palabra referente a la población, es decir la isla para ellos continuaba vacia. Van a decir ustedes que un fideicomiso no considera sino el bien como tal. Pues no hay tampoco ningún documento anexo o ademdum mediante el cual el Banco establezca el estatus de sus pobladores.
Por eso siempre mi interés en que el Estado asuma de verdad Santay y cuando hablo de la Isla no hablo del humedal solamente, hago referencia al TERRITORIO DE SANTAY es decir esa unidad geográfica donde tiene lugar la vida, la historia y la cultura de los Santayences en confluencia con su medio natural, de esa Santay he hablado, hablo y hablaré siempre, y es a esa unidad que se la elevará a Area Protegida, y como tal la población de ese territorio debe ser considerada bajo un estatus acorde a la nueva Constitución Política del Ecuador. Hablaremos de eso en la próxima entrega.
En una decisión drástica dejé de visitar a Antonio y su familia, cuyo nieto Humbertito es mi primer ahijado, para comenzar a conocer mejor al resto de los pobladores. Vinieron entonces la creación de Asociación de Pobladores, la construcción del Centro Comunitario, la creación de la escuela, la asignación de un primer maestro de apellido Quinto, posteriormente de la maestra Ena Gomero que lleva ya 8 años omo Directora y única maestra. Todo eso hubiera sido imposible sin el trabajo del Comité Ecológico del Litoral, un equipo lleno de capacidad, voluntad y coraje.
Quiero volver a lo que indicaba al inicio de este artículo, la población de Santay no esta alli por accidente. Tampoco porque un día se les ocurrio llegar. La población actual se deriva de aquellos que ya en 1946 tenian domicilio en Santay a causa de su trabajo como jornaleros, vaqueros, agricultores, guardianes, cordeleros y una serie de oficios propios de las haciendas ganaderas que alli existieron. Los primeros jornaleros llegados de la península fueron traídos desde Bajada de Chanduy. Tuve el privilegio de llegar a conocer a Juan Dominguez, a Primitiva ( ella sola ya es un personaje de Chanduy, su partera emérita) y a Feliciano Dominguez, conocido como Mata y último de esa segunda generación, a su esposa Jesús. Los viejos de hoy mis amigos Cebolla, Máximo, Jacinto, Benito, José , Violeta, Marilú y otros entrañables, son la tercera generación y abuelos de los actuales alumnos de la escuela. Hasta donde yo conozco, seis generaciones han habitado de continuo Santay.
Pero asi son las cosas en Ecuador, a partir de 1980 cuando se da la famosa expropiación de las haciendas a favor del Estado, ellos se quedan en Santay. Acabada la vida de agricultores y ganaderos, se dedican a la pesca de río. Se quedan en calidad de guardianes ad -honorem según se lee en los contratos entre el nuevo propietario el Banco Ecuatoriano de la Vivienda y los pobladores. Paralelamente uno que otro funcionario del BEV visitaba la isla para sacar cierto provecho de su población.
Es intersante comprobar mediante esa documentacion como el BEV requeria mantener a los pobladores como sus guardianes gratuitos en una suerte de trueque, permiso de vivir en la isla a cambio del cuidado de la misma. Lo curioso es lo que dice el contrato, que es más barato tenerlos a ellos como guardias que contratar guardianía privada.
El BEV los utilizó y olvidó, y ese es mi más profunda constatación. Ese trato no cambió cuando entregó la isla a Malecón 2000, pues en el contrato de fideicomiso, no hay una sóla palabra referente a la población, es decir la isla para ellos continuaba vacia. Van a decir ustedes que un fideicomiso no considera sino el bien como tal. Pues no hay tampoco ningún documento anexo o ademdum mediante el cual el Banco establezca el estatus de sus pobladores.
Por eso siempre mi interés en que el Estado asuma de verdad Santay y cuando hablo de la Isla no hablo del humedal solamente, hago referencia al TERRITORIO DE SANTAY es decir esa unidad geográfica donde tiene lugar la vida, la historia y la cultura de los Santayences en confluencia con su medio natural, de esa Santay he hablado, hablo y hablaré siempre, y es a esa unidad que se la elevará a Area Protegida, y como tal la población de ese territorio debe ser considerada bajo un estatus acorde a la nueva Constitución Política del Ecuador. Hablaremos de eso en la próxima entrega.